sábado, 27 de junio de 2009

LA EDUCACIÓN EMPIEZA POR CASA

¿ QUÉ CAMISETA USA SU HIJO ?


Tal vez por nuestra inevitable condición humanoide, o quizá por nuestro destino latinoamericano y subdesarrollado, somos seres curtidos en eso de la traición.
Los amigos niegan debernos aquel dinero, nuestro carismático líder político muta a cerdo cebado con dineros públicos, y el amor de nuestra vida nos comunica un día que no estamos en sus planes para la próxima temporada.
Y hartos del mundo exterior, tenemos hijos, que nos dan aquella primera satisfacción de un remoto parecido físico. Pero tales seres se revelan prontamente como improbables poseedores de un alma plena de inocencia y bondad. En realidad, es justicia describirlos como embozados traidores.
Y a las pruebas me remito. ¿ Quién no ha soñado con que su retoño continúe con la tradicion familiar en lo que a divisa futbolera se refiere ? Quien esto escribe, sufrido racinguista cuyo último héroe fue el Chango
Cárdenas, ha engendrado un sujeto empeñado en vestir la oprobiosa casaquilla de la banda roja. Una gallina, bah.
¿ En qué momento se produjo la ruptura ? ¿ Qué error cometí ? ¿ Por qué me tiene que pasar esto a mi ? Yo solo quería lo mejor para él, caramba.
Anímicamente destrozado, soporto a mis espaldas las sonrisas entre irónicas y compasivas de los vecinos en mi camino hacia la panadería. Entre los parientes, donde sospecho se esconde el cómplice de la conspiración, las cosas llegan invariablemente a la broma procaz y siempre inoportuna.
Y finalmente he comprobado que casi todos nos traicionan. Puede Ud. comprar la primera casaquilla azul y oro Nº cero para ese pequeño que ni siquiera enfoca bien sus ojos todavía, que ya éste se encargará de desilusionarlo tarde o temprano. He visto con mis propios ojos a un par de chicos de no más de siete u ocho años, salir vestidos de su casa con los colores que su padre les legara con amor, para cambiarse en la esquina por la divisa de su preferencia. Y lo peor es que repetían el procedimiento al revés antes de entrar a sus hogares a tomar la leche. Cuando su padre los descubriera, sería ya demasiado tarde.
Otra variante del asunto , consiste en mal pagar a la tierra que los vio nacer. Ciertos párvulos, a los que con esfuerzo se los provee de indumentaria con los colores de algún club caro a nuestras tradiciones, se enfundan a escondidas en extrañas camisetas del Ajax, el Borussia Dortmund, y ( horror de horrores ) hasta del Palmeiras o el San Pablo.
Señores padres, vigilen a sus hijos. Fíjense en la divisa que usan cuando creen que Ud. no puede verlos. En las entrañas mismas de su hogar, acecha la traición. Un poco de atención a tiempo, y algunos oportunos sopapos, evitarán un mar de lágrimas.